
LA VIDA DE UNA GATA
La vida que voy a contar, no es muy emocionante. Quizás es muy particular. Pero principalmente, es muy original. Shiba, que es el nombre de una diosa divina igual que ella, es una gata que vive la vida al límite. Vive en una urbanización muy hermosa, porque siempre que se queda con hambre después de su comida en el hogar. Yo soy Angie, su dueña y la que va contar esta historia. Shiba tiene un marido, bueno en realidad los gatos no se pueden casar, pero emocionalmente son una pareja. Tuvieron hijos juntos. Sweety es uno de ellos. Vive con ella, pero al parecer ella olvido totalmente de su existencia. Aunque en ocasiones se pelean por el último trozo de comida. En mis sospechas, creo que también tiene un amante secreto. Es hermano de Allie, la pareja de Shiba. Se ven a escondidas cuando no está junto a él. Pero en algún caso están los tres juntos, pero en compañía de Rosie, la otra gata del vecindario. Lo que yo venía a explicarte, era un día normal y corriente de estos seres gatunos, que hasta incluso puede llegar a ser más exclusiva que la mia. Normalmente duerme unas doce horas o más. Suele salir por la noche, por la ventana abierta del servicio. Se oculta entre la oscuridad de la noche, y se junta con sus amigos gatunos. Juntos van a perseguir insectos por el parque, robar comida de otros gatos y exploras nuevos vecindarios. A veces queda a solas con su pareja. De otras, lo substituye su hermano. Alrededor de las seis de la mañana, vuelve a la humilde morada para descansar en paz, si no lo había hecho ya antes. Cuando sus dueñas se despiertan, yo incluida, maúlla cual animal desesperado para recibir su plato de alimento, con que luchará junto a su hijo por recibir más cantidad, aunque tenga que ser herida en el intento. A continuación, sale a dar su paseo matutino, que normalmente lo hace en solitario. Alrededor de la tarde, se reúne con su amiga, para fastidiar a perros, jugar en solitario o simplemente tenerse en su compañía. Y el resto del día se lo pasa durmiendo. Sé que no es una vida realmente emocionante, pero yo la veo muy feliz, con esa vida tranquila, sin deberes que hacer, ni ocurrencias de ningún tipo.
Angie Diaz
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